Una persona empoderada ha desarrollado su Autoconciencia emocional. Ha desarrollado la asertividad en sus relaciones interpersonales y ejecuta la empatía en estos vínculos. Convirtiendo esos vínculos interpersonales en productivos para el incremento de su tanque emocional y acción diaria.
Ha dejado atrás la dependencia para llegar a la comprensión de la interdependencia. Co-creamos junto a los otros. En nuestro desarrollo los otros son importantes aunque no dependemos de ellos para crear nuestros momentos de felicidad y bienestar.
La persona empoderada vive en el presente desarrollando en este aquí y ahora todo su potencial momento a momento.
Se convierte, construyéndose día a día, en un persona proactiva y confiable, comprometida consigo misma y sus objetivos como también con los demás.
Se ha auto-educado en la correspondencia entre lo que experimenta y lo que ocurre objetivamente, erradicando los juicios no constructivos.
Su desarrollo de la flexibilidad la ayuda a adaptarse al fluir de la vida y solucionan los problemas, identificándolos, definiéndolos y generando soluciones.
El optimismo la acerca a la gestión del estrés diario de forma adecuada para su autoestima y la de los demás influyendo en las situaciones.
Su trabajo en la erradicación de los automatismos y en el crecimiento de consciencia la ayuda a alcanzar los objetivos sin auto-sabotajes creando, todo esto en su conjunto, el sentimiento de felicidad y satisfacción con la vida más allá de las circunstancias.
Recuerda: Difícil es la palabra a la que nos aferramos para no intentar lo posible.
Norberto Ciciaro Villalba (Derechos Reservados)