Si por algún motivo una célula modifica su frecuencia, las células vecinas emiten señales que restablecen la frecuencia correcta. Pero si son muchas células que pierden su ritmo, entonces la fuerza de las vibraciones combinadas se va aflojando hasta que deja de ser estable. La pérdida de la cohesión puede derivar en enfermedades o trastornos”. Esta interpretación coincide con la idea metafísica, según la cual una enfermedad, antes de manifestarse corporalmente, comienza primero en el aura o en el campo bio-magnético.
Si un terapeuta coloca sus manos en las proximidades de un órgano enfermo y comi
enza su trabajo, el campo bio-magnético que procede de sus manos se volverá mucho más potente que el del órgano enfermo. Además, la frecuencia del campo bio-magnético de sus manos comienza a pulsar en la frecuencia exacta que necesita el órgano enfermo. Dado que el campo bio-magnético del terapeuta es más potente que el del órgano enfermo, las frecuencias sanas son inducidas hacia el campo del órgano enfermo. De esta manera se acomodan nuevamente en la franja de la salud. Esto tiene a su vez efecto sobre las corrientes eléctricas que act
úan en las células y en el sistema nervioso dentro y fuera del órgano, así como también sobre el normal desarrollo del órgano. De esta manera se produce la cura. Se han realizado investigaciones sobre las frecuencias curativas para determinados tejidos corporales. Los nervios sanan con una frecuencia de 2Hz , los huesos con alrededor de 7 Hz y los vasos capilares con alrededor de 15 Hertz.
Este procedimiento también es posible en dirección inversa, si un terapeuta sondea o busca detectar trastornos en el campo bio-magnético del paciente. En este caso el experto desplaza una o ambas manos colocándolas unos pocos centímetros por encima del cuerpo y se concentra en lo que siente en sus palmas. El campo del paciente modifica el de la mano del experto y este puede sentir ese cambio. De esta manera el experto puede comprobar la existencia de trastornos en el campo bio-magnético del paciente.
Una de las singularidades de Reiki radica en que la capacitación para practicarlo se consigue a través de una sintonización. Reiki tampoco debe ser guiado por la conciencia del terapeuta, sino que se guía a sí mismo, sin servirse para ello de la energía personal del terapeuta. Sabiendo esto nos preguntamos entonces como funciona la sintonización y el tratamiento de Reiki. La sintonización podría despertar un aspecto innato en nosotros, que se mueve a un nivel de inteligencia superior en relación a la totalidad, el bienestar y la curación.
Dado que esa inteligencia no es parte de nuestra conciencia, podría decirse que ella llega a nosotros desde una fuerza supra consciente. Por otra parte, el hecho de que nuestra energía personal no es “absorbida” demuestra que la sintonización abre o activa una fuerza energética que se diferencia de aquellas mediante las cuales cubrimos nuestras necesidades cotidianas de energía. Por esta razón Reiki da sustento a la idea de que en nosotros reside un potencial oculto, que muy pocas personas utilizan, pero que puede ser despertado. El supra consciente dirige posiblemente la función del tálamo y del sistema nervioso perineural, de manera que se produce la energía de Reiki y es llevada al lugar dañado a través de las manos del terapeuta. La energía de Reiki es probablemente una mezcla especial de distintas variedades de energía, entre ellas la bio-magnética. Ellas están condicionadas por el supra consciente para transformarse en exactamente aquello que necesita la parte del cuerpo en donde están apoyadas las manos, para que de ese modo vuelva a comenzar el proceso de curación y también se lleve a buen término.
Conociendo esto es fácil de imaginar que la curación podría ser más profunda y efectiva, si estuviesen comprendidos en ella aspectos más elevados del supra consciente, con el fin de vincular fuerzas y frecuencias energéticas especiales, de manera que la curación se produzca más rápidamente y en casos aún más complejos. Para ello se necesitan combinaciones especiales de amor, compasión y misericordia, por medio de las cuales el lugar dañado logra abandonar con mayor rapidez las viejas estructuras y recuperar su salud. Puede compararse esta situación con la de un mecánico experto, que gracias a su experiencia puede reparar incluso aquellos automóviles frente a los cuales otros mecánicos no tienen soluciones.
Mientras tengamos una comprensión cada vez mas amplia y nos curemos a nosotros mismos de manera profunda, seguirá despertándose mas y mas nuestro potencial de curación y nos pondrá en contacto con los aspectos más elevados del supra consciente. ¡De este modo seguiremos desarrollando capacidades cada vez mejores! Algo típico de los campos bio-magnéticos es la pérdida de potencia a medida que crece la distancia con respecto a la fuente de energía. Las teorías arriba mencionadas explican el proceso de curación cuando el experto se encuentra cerca del paciente, pero entonces ¿cómo podría explicarse la curación a distancia, cuando el paciente está ubicado quizás a varias millas de distancia o incluso cuando vive del otro lado del globo?
Quizás sean ondas escalares las que hacen posible la curación a distancia. Si dos campos magnéticos tienen exactamente la misma frecuencia y están ubicados en la fase opuesta, pueden anularse mutuamente. El efecto de los campos no se anula a causa de esto, ya que siguen existiendo los potenciales que crean lo que llamamos las ondas escalares. Estas ondas no actúan conjuntamente con los electrones, como sí ocurre en el caso de los campos magnéticos, sino que lo hacen con los núcleos atómicos. Ni una jaula de Faraday ni ninguna otra barrera las detiene y se multiplican a cualquier distancia sin perder su fuerza. Se sabe que pueden actuar incluso sobre tejidos biológicos y que pueden favorecer la curación. Es posible que sean estas ondas y no los campos magnéticos la principal fuente de los efectos curativos.
Según el Dr. James Oschman, “puede considerarse que los campos eléctricos y magnéticos producen un efecto en el organismo, sin embargo, otros investigadores suponen que ese efecto se debe en realidad a ondas escalares”. Si bien las teorías antes mencionadas constituyen hasta cierto punto un aporte para explicar los procesos de curación, subsiste sin embargo un aspecto no develado tanto de estos procesos como del trabajo espiritual. Para crear campos magnéticos y ondas escalares se necesitan cuerpos u otros objetos físicos. Sin embargo, muchos terapeutas tienen experiencias directas con seres superiores, los cuales producen la curación. Estos seres carecen de cuerpo.
¿Cómo se produce entonces su energía curativa? Estas preguntas son un buen fundamento para desarrollar una mejor comprensión del acto de la curación y de la naturaleza de la conciencia. Todo tejido corporal vivo compuesto de átomos y moléculas está en contacto directo con las fuerzas de la naturaleza, que influyen en su desarrollo. Es por cierto legítimo suponer que estas fuerzas se transformaron con el desarrollo de la vida en parte de las funciones corporales. Entre ellas se encuentran fuerzas conocidas y también otras desconocidas. En la medida en que estudiemos los objetos vivientes y en especial a nosotros mismos, tendremos la oportunidad de comprender las fuerzas más profundas y secretas del universo. Probablemente la ciencia se siga ocupando del estudio de las curaciones y de los mundos espirituales y de esta manera haga sorprendentes descubrimientos, que permitan el desarrollo de nuestra conciencia y produzcan un cambio en la vida sobre este planeta. (FIN)
Fuente: Artículo extraído de El Espíritu de Reiki. (Walter Lübeck, Frank Arjava Petter y William Lee Rand.)