Asociación Buscadores de Plenitud

Vivir es un compromiso de nosotros mismos



Asociación Buscadores de Plenitud CRÓNICA DE UN VIAJE A LOURDES EN 18 APARICIONES.
17ma Aparición.
El primer día que llegue a Lourdes me llamo la atención un Cristo que se veía en medio de los árboles. Recién el ultimo día de mi estadía me di cuenta que subiendo por un lateral se llegaba a un paseo en la montaña donde estaba constituido un Vía Crucis. Muy pocas veces en mi vida el rezo del vía crucis ha sido mi forma de meditar la pasión de Cristo. Lamentablemente llegue solo hasta la segunda estación y regresé a la primera: Jesús apresado en Getsemani.
La oración de Jesús al Padre en Getsemani es de una belleza incalculable. Ese momento, desde su humanidad y donde nos muestra su interioridad a flor de piel, es para mi el momento de mayor entrega que he conocido. Todo lo que viene después es solamente la puesta en acto de esa entrega.
Pues me quede contemplando las figuras de tamaño natural de esta estación. Jesús amarrado y rodeado de guardias y con una mirada serena en el rostro.
Para llegar a esta imagen hay una escalera de mármol donde la gente la sube de rodillas rezando y, si bien soy de una espiritualidad devocional, no la expreso con esos rituales. Me quede rezando y meditando sobre mis "no rituales". Desestime la idea por el estado de mi rodilla que, si bien estaba sana en lo exterior, ya sabemos que la cicatrización interna va mas lenta.
Pues le pregunte a mi Jesusito. La respuesta fue esa mirada serena de entrega y ver a varias personas que, aun con dificultades, estaban subiendo la escalera. Me sentí movido a hacerlo. Cada escalón acompañado con un rezo.
Los primeros escalones fueron molestos pero luego el dolor comenzó a avanzar. Abandonar no fue una opción, aunque si un pensamiento. Simplemente pedí la fuerza de Getsemani y esa imagen serena de Jesús al final de la escalera comenzó a llenarme por completo.
Gracias Jesús por esa fuerza. Gracias Jesús por las fuerzas que me das en mis Getsemanies cotidianos!


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