Asociación Buscadores de Plenitud

Vivir es un compromiso de nosotros mismos

Publicado por: Buscadores de Plenitud


Asociación Buscadores de Plenitud Mucho/as son los "santos inocentes" que al día de hoy seguimos muriendo.
Parece una tendencia humana natural la de oprimir o dejarse oprimir.
Será la edad, o que con el tiempo he madurado en consciencia, pero veo a los seres humanos oprimidos por un sistema que no deja tiempo de madurar ni tampoco otorga aquello que busca.
- Sufro ante la contemplación de seres humanos con contratos laborales no dignos, con ocupaciones a las que son llevados por la necesidad, con miedo de hacer o no hacer (y que ello los lleve a “perder”) o dejándose llevar por luces de colores o promesas brillantes mientras lo único que pasa es el tiempo y la vida.
- Sufro ante la muerte de los que son perseguidos por simplemente ser una minoría o pensar diferente.
- Sufro ante la inmadurez de aquello/as que no toman decisiones por miedo a SER CAMBIO.
- Sufro ante los perseguidos durante los últimos miles de años, matados y cercenados en su "simplemente SER".
- Sufro ante los "niño/as emocionales" que hoy encontramos castrados en su interioridad por una represión internalizada (aunque deseen hacerlo pasar por inocencia beatificante).
- Sufro por la muerte espiritual de aquello/as que solo son transmisores de mensajes o consignas de quienes los oprimen (con la esperanza de así ser aceptados), sin mediar su propio criterio constructivo.
- Sufro ante la muerte de los valores porque no tenemos tiempo para trabajar en ellos y encarnarlos.
- Sufro ante la agonía de la base de todo posible cambio: TOMAR DECISIONES.
Pero a pesar de sufrir, no me apeno.
Esto/as santos inocentes no son víctimas de nada ni de nadie sino complacientes negadores de la auto-responsabilidad.
No podemos permitir que se mate la divinidad en nosotros/as con el conformismo.
Esa divinidad libre y viva en nosotros/as, es la fuerza de nuestra posibilidad de cambio y de la construcción de un mundo donde entremos todos y donde queramos VIVIR.
Norberto


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