Las distinciones están orientadas no tanto en saber qué pensamos si no que trabajan más atrás en el cómo estamos observando lo que sucede, sea una emoción, un pensamiento o un hecho externo a nosotros. También cómo es que estamos comprendiendo e interpretando esta realidad.
Volviendo a los mamuts o la llamada del jefe/a al despacho, nuestro cerebro comienza a crear escenarios futuros posibles y a preparar cambios físicos el cuerpo para cada uno de ellos. Un estrés toxico e innecesario.
Las emociones que hemos despertado nos tienen secuestrado.
Si nuestra decodificación ha despertado un estado de alarma: nuestras acciones no estarán coordinadas, actuamos sin medir las consecuencias, y trabajamos con la necesidad de huir o desprendernos del estimulo que comprendemos que nos hará “perder la vida” (recordemos que no hablamos de un mamut sino de un sobre de correo postal)
Un estado de alarma produje emociones descontroladas que nos aprisionan sin posibilidad de gestión.
¿Recordáis cuando se notifico el estado de alarma en el territorio español siendo noticia internacional por la compulsión a la compra de papel higiénico? No, no fue el agua o la leche lo que desapareció. Fue el papel higiénico.
El estado de alerta, en cambio, permite la reflexión y la observación, la coordinación de acciones hacia un desenlace beneficioso para nosotros. También permite la evaluación correcta para coordinar las acciones correctas.
Mercedes Cisneros nos cuenta en el libro “distinciones del coaching: construirnos a través del lenguaje” : El estado de alerta nos permite pasar del pensamiento no puedo hacer nada a pensar puedo hacer algo porque mi atención es importante”.
Esto permite que ganemos en seguridad y en confianza personal. Ya no necesitamos sentirnos asustados porque reconocemos que podemos estar atentos. Esta comprensión está relacionada con la forma en que nos tratamos a nosotros mismos, con los juicios que hacemos sobre nuestros recursos y fortalezas. Nos permite desarrollar la habilidad de diferenciar entre hechos y opiniones.
La llamada al despacho de nuestro jefe/a es un hecho mientras el pensamiento que nos van a despedir o echar la bronca es una opinión entre muchas posibilidades.
Mientras que la alarma nos hace sentir obligados a actuar con automatismos porque percibimos la opinión que debemos actuar prontamente y sin control, la alerta nos lleva al compromiso con nosotros mismos de reflexionar colocando el foco en el auto cuidado. Desarrolla nuestra confianza, nos lleva a conectarnos con nuestras fortalezas y nuestros límites. Nos ayuda comprender que aquello que percibimos no son verdades absolutas (no tiene porque ser que nos vayan a despedir) y también a ser conscientes de la sorpresa o el miedo como emociones que podemos gestionar.
Cambiar este sistema, esta forma de observar/ observarnos a nosotros al investigar con respecto a qué creencias hemos estado creando en la vida nos invita también a cambiar nuestras reacciones ante las cosas. Por eso es importantísimo el trabajo desde el Coaching Ontológico qué profundiza en esta construcción y facilita el cambio de observación de como yo observo la vida y como me observo para cambiar nuestra forma de ser desde
la integración de nuevos valores actualizados al hombre y mujer que somos hoy y conforme a las necesidades presentes. Recordemos que no somos responsables de la programación que hemos recibido en la infancia pero como un adulto somos 100% responsables de corregirlo.
Los beneficios de las distinciones son variados. Nos sirven para aprender a ver las cosas de forma diferente y al cambiar el modo de observar se generan oportunidades.
Existen diferentes formas de vivir una situación y de poder integrarla en nuestro ser.
El coching ontológico apunta aprender a nombrar las realidades desde una nueva manera, encontrar nuevos recursos para que podamos decidir quién queremos ser y a dónde queremos llegar. De esta forma construimos nuestra propia definición de una vida feliz.
Las distinciones son una posibilidad de cambiar, una posibilidad de acción diferentes.
Norberto Ciciaro Villalba (Derechos Reservados)